Existen ocasiones en las que particulares o empresas necesitan nuevos vehículos, pero no quieren adquirirlos en propiedad, al instante, por diferentes motivos. Para ello existen diferentes opciones interesantes. Así, vamos a hablar de las diferencias entre leasing y renting. Métodos cada vez más populares en detrimento de la convencional compra de coches.
¿Y qué es el leasing?
El leasing es una forma de arrendamiento de vehículos en la cual, tras el paso de dos años habitualmente, es posible quedarse con él en propiedad. Para ello, hay que pagar el valor residual ya pactado inicialmente, descontando las cuotas abonadas. Es un planteamiento pensado como una financiación del vehículo.
¿Cómo funciona el renting?
El renting es otro método de alquiler de vehículos a largo plazo donde, a cambio de una cuota fija mensual, se puede disfrutar del mismo. Además, se incluyen todos los gastos relacionados con el mantenimiento y los permisos necesario para circular.
4 diferencias entre leasing y renting
Vamos a comprobar que son conceptos muy diferenciados aunque suenen similares.
1. Coste de las cuotas
Las cuotas del leasing suelen ser más baratas, por lo que es más sencillo optar a él. También hay que valorar que el renting incluye también ciertos servicios, como vamos a explicar en el siguiente punto.
2. Servicios incluidos
En el renting se incluyen diferentes gastos de mantenimiento, las reparaciones, la ITV, el seguro o la matriculación. Esa gestión podría suponer ciertos sobrecostes respecto a aquella realizada por el usuario.
3. Propiedad y beneficios fiscales
En el leasing la propiedad del vehículo es el arrendador, pero el titular será el arrendatario. Puede suponer importantes beneficios fiscales para una empresa, ya que se considerará como parte de los activos.
4. Condiciones finales
Al final del contrato de leasing, como ya hemos citado, es posible quedarse con el vehículo en propiedad tras el pago. Todas las condiciones son pactadas previamente, salvo en caso de querer financiar de nuevo esa parte restante. En el renting sólo quedará la opción de devolver el coche al finalizar el contrato, por lo que podría considerarse una inversión sin retorno.
En ambos casos, el contrato suele estar sujeto a un kilometraje, el cual se valora para poder pactar todas las condiciones. Excederse implicaría penalizaciones. No obstante, en sencillo realizar un cálculo previo y evitarlas.
¿En qué situaciones conviene el leasing o el renting?
El leasing es ideal para situaciones en las que se plantee adquirir un coche realizando una inversión a medio y largo plazo. Más interesante incluso puede ser para las empresas, debido a los beneficios fiscales que se conseguirán.
Por su parte, el renting está más enfocado a quienes desean optar por las comodidades en la gestión de servicios relacionados, para no preocupase por nada. Así como aquellas situaciones donde se quiera cambiar de coche en periodos de tiempo más breves.
En cualquiera de los casos, son modelos muy válidos y buenas alternativas a la adquisición de vehículos de manera más convencional.